El mantenimiento es una actividad crucial en diversos ámbitos que permite mantener la fiabilidad y disponibilidad de los equipos repercutiendo directamente en factores no solo económicos, sino también en seguridad y sostenibilidad. Cualquier avería o parada no programada dentro de un proceso puede suponer graves consecuencias significativas.
Mantenimiento Reactivo
Dentro de los distintos tipos de mantenimiento, una de las acciones primitivas es el mantenimiento reactivo o correctivo, que consiste en utilizar la vida útil completa de un componente o sistema y esperar a que se averíe para repararlo y recuperar su estado normal de funcionamiento. Este tipo de estrategia tiene como principal ventaja la utilización completa de la vida útil de los sistemas. Sin embargo, presenta una serie de desventajas importantes. En primer lugar, los fallos se producen de improvisto por lo que el tiempo de inactividad de los procesos suele ser elevado. Por otro lado, las consecuencias de la avería de los sistemas o componentes puede afectar a otros componentes implicando un mayor coste de reparación.
Mantenimiento Preventivo
Como solución a las limitaciones anteriores, surge el mantenimiento preventivo. Este método consiste en establecer una estrategia de mantenimientos planificados en el tiempo. Para ello, se estudia la vida útil del componente o sistema, calculando la frecuencia con la que se debe realizar el mantenimiento para prevenir averías. Con este enfoque se solucionan la gran parte de paradas no programadas. Sin embargo, teniendo en cuenta que la vida útil de los activos es una estimación y varía entre las distintas unidades, pueden existir eventos de averías antes de la fecha de mantenimiento, al igual que, en algunos casos, se realizaría un mantenimiento innecesario cuando la vida útil del componente no está próxima a su fin.
Mantenimiento Predictivo
Como evolución al mantenimiento preventivo nace el mantenimiento predictivo, que trata de predecir la vida útil restante o el estado en el que se encuentra un equipo o componente concreto. Con esta filosofía, se trata de maximizar la vida útil de los equipos al mismo tiempo que se evita paradas no programadas de los procesos de los sistemas.
En esta estrategia, se emplea información sobre el estado de los equipos para evaluar su condición actual y predecir su rendimiento futuro. Mediante datos recopilados por una red de sensores, se busca relacionar esta información con el tiempo de vida útil restante o con posibles fallos del equipo. Para lograrlo, se aplican técnicas avanzadas como el aprendizaje automático y el aprendizaje profundo, que permiten detectar patrones y realizar predicciones precisas sobre el estado de los equipos.
Mantenimiento Prescriptivo
En la actualidad, con el desarrollo del mantenimiento predictivo, surge el mantenimiento prescriptivo. Este nuevo enfoque tiene como principal objetivo alinear las tareas de mantenimiento con la toma de decisiones, recomendando acciones para optimizar el funcionamiento y prolongar la vida útil de los equipos.
Con esta metodología, no solo se predicen fallos futuros, sino que también se prescriben acciones específicas para mitigar el riesgo de fallos y maximizar la vida útil restante, al mismo tiempo que se determina el momento óptimo para realizar el mantenimiento.
Caso representativo
Un ejemplo sencillo que sirve para comparar las distintas estrategias consiste en el mantenimiento a realizar sobre el rodamiento de un motor eléctrico.
Siguiendo una estrategia de mantenimiento reactivo, se utiliza el equipo sin realizar ninguna comprobación, esperando a que se produzca un fallo y, en ese momento, se realiza el mantenimiento del rodamiento.
En un mantenimiento preventivo, se estudia la vida útil media del componente, estableciendo los mantenimientos periódicos para tratar de evitar la rotura del componente.
Con un enfoque de mantenimiento predictivo, se instala un sistema de sensores que monitoriza factores como la temperatura y la vibración, permitiendo evaluar el estado del equipo en tiempo real. Esta información alimenta modelos predictivos que estiman la vida útil restante o identifican posibles fallos futuros.
Finalmente, con una estrategia de mantenimiento prescriptivo, no solo se predice cuándo fallará el sistema, sino que también se recomiendan acciones específicas, como ajustar la velocidad del motor para prolongar su vida útil y planificar el mantenimiento en el momento óptimo.
